
Controladores de Detección de Gases en Refrigeración Normas de Seguridad: EN 378
Las fugas de refrigerante representan un grave peligro en entornos industriales y comerciales, lo que impulsa el despliegue de sofisticados sistemas de detección de gases refrigerantes para identificar rápidamente cualquier posible fuga e iniciar acciones para mitigar los riesgos que plantean las fugas de refrigerante. Estos sistemas de detección de gases sirven para múltiples propósitos, impulsados por una serie de objetivos dirigidos a minimizar los impactos adversos de las fugas de refrigerante y optimizar la eficiencia operativa.
Quizá la razón más importante para el despliegue de detectores de gases refrigerantes sea la seguridad. Los peligros potenciales asociados a las fugas de refrigerantes son diversos y significativos, y abarcan riesgos como la asfixia, el agotamiento del oxígeno, la inflamabilidad y la toxicidad. Estos peligros suponen graves amenazas para la salud y la seguridad de las personas que trabajan con sistemas de refrigeración o en sus proximidades.
Otra motivación principal para emplear detectores de gas refrigerante es el imperativo de reducir los costes asociados a las fugas de refrigerante. Al identificar rápidamente las fugas, las empresas pueden mitigar las pérdidas económicas relacionadas con la fuga de refrigerantes caros. Además, la reducción de las fugas de refrigerante se alinea con objetivos medioambientales más amplios al frenar las emisiones de potentes gases de efecto invernadero, contribuyendo así a los esfuerzos por combatir el cambio climático y preservar el medio ambiente.
Además, optimizar el rendimiento y la eficiencia energética de los sistemas de refrigeración es una consideración crucial. Mantener el nivel correcto de carga de refrigerante es esencial para garantizar el rendimiento óptimo del sistema y la eficiencia energética. Los detectores de gas refrigerante desempeñan un papel fundamental en este sentido, ya que avisan con antelación de las fugas, lo que permite repararlas y mantenerlas con rapidez para preservar la integridad y eficiencia de los equipos de refrigeración.
Normas de Detección de Gases y Seguridad de Refrigerantes
Para hacer frente a estos riesgos, los organismos reguladores han establecido normas de seguridad detalladas que rigen los sistemas de refrigeración. En Europa, la norma EN 378, titulada «Sistemas de refrigeración y bombas de calor – Requisitos de seguridad y medioambientales», es la norma principal para garantizar la seguridad y la sostenibilidad medioambiental de los sistemas de refrigeración. Entre los diversos componentes de la EN 378, la EN 378-3:2016+A1:2020 detalla específicamente los requisitos relativos a la detección de gas refrigerante, los requisitos de instalación y las medidas de protección personal.
El apartado 9.1 de la norma EN 378-3:2016+A1:2020 estipula.
Cuando la concentración del refrigerante pueda superar el límite práctico de acuerdo con la norma EN 378-1:2016, Anexo C, los detectores activarán al menos una alarma y, en el caso de una sala de máquinas, la ventilación mecánica de emergencia.
A esto le sigue una cláusula en la Sección 9.2, que estipula -.
Se instalará al menos un detector en cada sala de máquinas o en el espacio ocupado que se considere.
La norma delimita claramente las medidas que deben tomarse para garantizar la seguridad de las salas de máquinas frigoríficas. Además, la clasificación de los espacios ocupados se detalla por categoría de acceso en la norma EN 378-1:2016, Sección 5. En concreto, las cámaras frigoríficas entran dentro de la Categoría de Acceso C – Acceso Autorizado. Esta categorización plantea la necesidad de sistemas de detección de fugas de refrigerante tanto en las salas de máquinas como en las cámaras frigoríficas, sobre todo cuando la cantidad potencial de refrigerante fugado dentro de estos espacios supera el límite práctico definido para el refrigerante específico de que se trate.
En la práctica, en la mayoría de las instalaciones de refrigeración comercial que utilizan un sistema de refrigeración centralizado para satisfacer todas las necesidades de refrigeración, la concentración de refrigerante dentro de estos espacios puede superar los límites permitidos, lo que requiere la aplicación de medidas de detección de fugas. Por tanto, el cumplimiento de estas normas garantiza la adopción de medidas proactivas para abordar los riesgos potenciales asociados a las fugas de refrigerante, salvaguardando tanto al personal como al medio ambiente.
Alarmas de gas refrigerante
A continuación, es importante considerar qué deben hacer los detectores de gas refrigerante cuando se detecta una fuga. Como ya se ha dicho, en las salas de máquinas debe iniciarse la ventilación mecánica, pero hay requisitos adicionales relacionados con la activación de una alarma de gas refrigerante.
Esto se pone de relieve en la norma EN 378-3:2016+A1:2020, sección 8.3, que establece.
El sistema de alarma deberá avisar tanto de forma audible como visible, por ejemplo con un zumbador alto (15db(A) por encima del nivel de fondo) y una luz intermitente.
En el caso de una sala de máquinas, el sistema de alarma avisará tanto dentro como fuera de la sala de máquinas. La alarma fuera de la sala de máquinas puede instalarse en un lugar supervisado.
En el caso de un espacio ocupado, la alarma deberá avisar al menos en el interior del espacio ocupado.
Lo que puede deducirse de esto es que tanto dentro como fuera de una sala de máquinas, las alarmas audiovisuales son obligatorias, mientras que dentro de una cámara frigorífica, sólo son obligatorias internamente. No obstante, la práctica convencional suele extender el uso de alarmas audiovisuales también al exterior de las cámaras frigoríficas. Esta medida adicional sirve para advertir al personal de que no entre en un entorno potencialmente peligroso.
Ventajas de los sistemas de detección de gases refrigerantes
En resumen, la implantación de sistemas de detección de gases refrigerantes es un aspecto crítico para garantizar la seguridad, eficiencia y sostenibilidad medioambiental de los sistemas de refrigeración. Detectando y abordando proactivamente las fugas de refrigerante, las empresas pueden mitigar las pérdidas económicas, reducir el impacto ambiental, optimizar el rendimiento operativo y, lo que es más importante, salvaguardar el bienestar de las personas que se encuentran cerca de los equipos de refrigeración.